Nuestro planeta, nuestro mundo. Formado hace 4.600 millones de años como el resto del Sistema Solar, posee atmósfera con una combinación de gases (nitrógeno, oxígeno y dióxido de carbono) y una gran abundancia de agua (3/4 partes de la superficie), ambos factores ideales para la existencia de la vida tal y como la conocemos.
Sometida a poderosos y dinámicos agentes geológicos y erosivos, como volcanes, terremotos, viento, lluvia, ríos y glaciares, su superficie se transforma continuamente con el paso del tiempo. La atmósfera posee una capa de gas ozono (O3) que filtra las radiaciones nocivas del Sol.
La Tierra tiene una inclinación axial media de 23,4º con respecto a la eclíptica (órbita alrededor del Sol). Esto hace que a lo largo de su órbita el planeta sufra variaciones estacionales y de clima, que son más notables en latitudes lejanas al ecuador.
Tiene una masa del 1% de la terrestre y su gravedad es 1/6. No posee atmósfera y su superficie se encuentra marcada por cráteres. Debido a la similitud de los periodos rotacional transnacional alrededor de La Tierra, La Luna siempre nos presenta el mismo hemisferio.
La sonda espacial Clementine detectó en 1.997 la presencia de agua congelada en las profundidades de un cráter en el Polo Sur. En 2009, la sonda Lcross fue estrellada a propósito contra la superficie lunar y la formación de gases del impacto confirmó la presencia de agua (que existe sólida, enterrada bajo la superficie, pero en cantidades minúsculas).
Curiosidades: Los "Picos de Luz Eterna" son unas montañas en La Luna, al borde del cráter Peary, cerca del Polo Norte, en las que el Sol nunca se pone... El origen de La Luna debió ser una colisión oblícua de un objeto del tamaño de Marte contra la "proto-Tierrra" cuando estaba en estado de formación (semilíquida) hace unos 4.600 millones de años. Las rocas y parte del manto que salieron despedidos al espacio coalescerían mas tarde formando La Luna.