Socios de Afadi mejoran su equilibrio y movilidad gracias a la hipoterapia

A tan solo un kilómetro de Manzanares, junto a la Cañada Real Soriana, se encuentra enclavado el Centro Ecuestre “La Vereda”. Sus más de 30.000 metros de extensión lo convierten en un lugar idóneo para las prácticas de la hipoterapia y la equinoterapia.

Desde hace dos años, alrededor de 20 socios de AFADI, discapacitados físicos e intelectuales, gracias a un programa financiado por la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Manzanares, se benefician de la nobleza y el instituto de fuerza y la interacción que provocan los caballos con los seres humanos.

A través de dos sesiones semanales de media hora de duración, los niños y adultos que acuden a estas terapias desarrollan su afectividad y motricidad guiados por Alexis Parrilla, experto en la materia y monitor de actividades deportivas.

Según Parrilla, existen diferencias entre la hipoterapia y la equinoterapia. La primera de ellas va dirigida a aquellas personas que por su grave discapacidad física o cognitiva no pueden ejercer prácticamente ninguna acción sobre el caballo. La equinoterapia es una terapia complementaria que utiliza al caballo como mediador para mejorar la calidad de vida de las personas que pueden mantenerse ellos solos en el caballo.

Son muchos los beneficios físicos, psíquicos y emocionales que se consiguen con estas terapias, como mejorar la autoestima y el autocontrol de las emociones pasando por la capacidad de atención o trabajar la memoria. En el aspecto psicomotor se obtiene una gran mejora del equilibrio, coordinación de reflejos, la planificación motora.

La terapia con caballos mejora el equilibrio y la movilidad, por lo que se han demostrado excelentes resultados en personas que sufren de parálisis, autismo o síndrome de down junto a otras patologías.

Por su parte, Federico García Alcázar, enfermero y gerente del centro ecuestre, señaló que los caballos pueden abrir un cauce de comunicación emocionalmente seguro en los usuarios y “es que los animales ayudan a dar un aire de seguridad emocional a las sesiones de terapia”, apunta.

Añade que no todos los caballos son idóneos para realizar las terapias. Para ello se ha tenido que hacer una selección, "en la que se desechan muchos de ellos", asegura García Alcázar. Los elegidos son la mayoría yeguas o varones castrados consiguiendo su docilidad.

Por otro lado, los movimientos de vaivén del caballo, son muy parecidos a los que realiza el cuerpo humano, y es aprovechado para tratar a los pacientes, “ya que éstos están obligados a reaccionar frente a los estímulos que provoca el trote, y así mismo responder frente a múltiples sensaciones”.

Cabe señalar que tras el éxito con los socios de AFADI, otras asociaciones de discapacitados físicos e intelectuales de la comarca de Manzanares han querido sumarse a esta terapia alternativa recibiendo, igualmente a lo largo de la semana, sesiones de hipoterapia.