La rueda de repuesto, la gran olvidada en la revisión prevacacional del vehículo

La rueda de repuesto, la gran olvidada en la revisión prevacacional del vehículo

Antes de emprender un viaje es necesario hacer una serie de comprobaciones en el vehículo. Quien más y quien menos mira el nivel de aceite o la presión de las ruedas. Pero ¿nos acordamos del estado de la rueda de repuesto? ¿Miramos el líquido de frenos y el de refrigerante? Cipriano López-Manzanares Horcajada, profesor de ciclos de Automoción en la EFA Moratalaz, ofrece un decálogo a tener en cuenta en la revisión prevacacional del vehículo.

Sociedad
09-08-2008

Fruto de su anterior experiencia como jefe de taller de un concesionario oficial, y de los muchos conocimientos mecánicos que imparte como profesor de ciclos formativos de automoción en la EFA de Manzanares, Cipriano López-Manzanares, ofrece una serie de recomendaciones básicas a la hora de revisar el coche antes de salir de viaje. Y es que, solemos acordarnos de que no hemos mirado el nivel de aceite, de refrigerante o del líquido de frenos cuando ya vamos de viaje o tenemos alguna sorpresa.

Como primer paso, López-Manzanares recomienda hacernos un guión con los puntos a mirar y tener un poco de paciencia para no obrar mal. Después aconseja echar un vistazo al libro de instrucciones del vehículo, “el que llevamos al fondo de la guantera bajo la documentación”. De esta forma, y por experiencia, López dice que evitaremos mezclar líquido de refrigeración con el de frenos o éste con el aceite, “causando un grave problema”.

Las instrucciones también indican cómo se abre el capó, ya que se da el caso de muchas personas que no encuentran la maneta correspondiente. Una vez abierto conviene revisar el nivel de líquido refrigerante, el llamado anticongelante, ya que en verano también nos sirve para que la temperatura del motor sea estable. El depósito suele ser transparente, debiendo mirar si el nivel es correcto, dependiendo si el motor está en frío (línea “cold”) o caliente (línea de nivel “hot”). Un nivel muy bajo puede indicar una pérdida en el circuito, por lo que habría que acudir a un taller especializado. Éstas se pueden apreciar si quedan manchas en el lugar donde habitualmente aparcamos.

El líquido de frenos suele ser otro gran olvidado al fluctuar poco. Es un depósito pequeño. El problema está en que es un líquido hidroscópico que absorbe la humedad, lo que le permite hervir, creando burbujas de aire, el peor enemigo del circuito de frenos. Por ello los fabricantes recomiendan cambiarlo cada dos años. Si el nivel es bajo, puede ser por una pérdida, que generalmente mancha las ruedas, o por desgaste de las pastillas de freno, por lo que habría que ir al taller.

Para revisar el nivel de aceite del motor no basta con quitar la varilla. Conviene quitar el tapón de llenado para no crear una cámara de aire al sacar y meter la varilla. Debe hacerse al menos cinco minutos después de haber parado. El nivel no debe estar ni al mínimo ni al máximo. Cipriano López-Manzanares recuerda que no hay que olvidar volver a poner el tapón y la varilla en su sitio.

Dentro del cofre del motor, cabe comprobar el líquido del limpiaparabrisas, muy importante en verano para limpiar los insectos que se quedan en el cristal y que reducen la visibilidad, lo que puede ser causa de accidente. Al respecto también hay que revisar las escobillas del limpiaparabrisas, pues la goma puede estar pasada y causar el efecto contrario al deseado.

Finalmente, antes de cerrar el capó, podemos echar un vistazo al estado de las correas del aire acondicionado o de la dirección asistida para comprobar que no tengan grietas.

El siguiente paso sería revisar las luces del vehículo, para lo que es preciso alguien que nos ayude a hacer las comprobaciones, sobretodo de las luces traseras y de las de freno. No hay que olvidar que al cargar el vehículo, éste se inclina, por lo que conviene regular la posición de las luces y comprobar que ese mecanismo funciona para evitar deslumbrar a otros conductores. No hemos de olvidar tampoco llevar un juego de lámparas de recambio.

Al cargar el vehículo con peso, es necesario dar más presión a los neumáticos. Para ello comprobaremos en las instrucciones o en una placa que llevan pegada el nivel de presión adecuado, sin olvidar hacer lo propio con la rueda de repuesto, la gran olvidada en estos casos. A veces, incluso no sabemos dónde se encuentra ni cómo quitarla. El dibujo y ranuras de la rueda deben ser los adecuados y no dejar la rueda en peor estado para llevarla de repuesto.

La limpieza de los cristales, incluso parando en un área de servicio si es necesario, y la regulación de los espejos antes de iniciar la marcha son otros consejos a tener en cuenta. También hay que evitar llevar en el habitáculo interior objetos que puedan causar daños personales en caso de impacto o frenazo brusco.

Finalmente, Cipriano López-Manzanares, recomendó una conducción que no lleve el motor forzado ni sobrerrevolucionado, “que el coche vaya desenvuelto”, con el fin de ahorrar combustible. Para ello también hay que evitar rebasar los límites de velocidad, pues es habitual que alguien nos adelante a gran velocidad, y por tanto con mucho consumo, y que unos kilómetros después nos lo encontremos en un embotellamiento.