La MIAO celebró una charla sobre el Aeropuerto Central de Ciudad Real

La Casa de la Monstrua, sede de la MIAO, acogió el pasado sábado, 13 de diciembre, la charla “Turbulencias en el aeropuerto”, en la que uno de los ponentes fue el periodista Carlos Otto, cuyas opiniones e informaciones sobre el aeropuerto en un blog levantaron polémica hace unas semanas. Centró su intervención en la campaña de optimismo informativo que, a su juicio, se ha impuesto a la mayoría de los medios de comunicación respecto a esta infraestructura.

Otto afirmó que uno de los principales objetivos de este tipo de charlas es construir un foro de debate sobre el tema; algo que, en su opinión, no existe en la actualidad, “vetándose todas las opiniones críticas y no manipuladas sobre el aeropuerto de Ciudad Real”, al que se refirió como “entramado mafioso”.

Otto y Hernández, de Ecologistas en Acción, se refirieron a los problemas que habían retrasado hasta el momento la apertura del Aeropuerto Central de Ciudad Real. El principal impedimento para su puesta en funcionamiento era el no cumplimiento de la Declaración de Impacto Ambiental. Entre las medidas que debían tomarse para que el proyecto fructificara se encontraban la aprobación de planes de gestión de la Zona de Especial Protección para las Aves, o ZEPA, donde se sitúan los terrenos pertenecientes al aeropuerto; los planes de aislamiento acústico para las localidades limítrofes; medidas agroambientales; o un plan de inversiones en los Ayuntamientos de la zona, entre otros.

Con respecto a la próxima apertura del aeropuerto, que el sábado aún se veía lejana, Otto afirmó que estaba convencido de que funcionaría “antes o después, de forma legal o ilegal”. José Manuel Hernández se mostró mucho más escéptico y, tras afirmar que “el aeropuerto jamás debería haberse situado allí”, pronosticó que los permisos podrían retrasarse dos años y medio, como mínimo. Por último, añadió que el aeropuerto no debería abrir nunca sus puertas y que tendría que ser una lección que todos aprendieran, “para que esta historia no se repitiera”.

Carlos Otto, autor del polémico blog, destacó el papel que las nuevas tecnologías han tenido en la difusión de las ideas que se oponían a la puesta en marcha del proyecto, y haciendo que muchas personas “construyan su propia opinión en base a otras, a las que antes no se daba ningún tipo de cobertura.