Ciudadanos y comerciantes manifiestan su descontento con la zona azul

Una concentración ciudadana, convocada en la céntrica Plaza del Gran Teatro en la noche del jueves, sirvió para que ciudadanos, comerciantes y trabajadores afectados por la zona azul, que entró en vigor esta semana, mostraran su rechazo a la misma. Cacerolas, tambores y silbatos sirvieron, en principio, para expresar de forma pacífica su rechazo a la O.R.A. Con esta protesta se pretendía conseguir la retirada de la misma o, al menos, algún tipo de contraprestación que sirva para paliar los perjuicios que, según ellos, les está causando.

Muchos se quejaban por considerar que esta medida está afectando directamente a sus negocios. Algunos opinan que los clientes “se lo piensan dos veces” a la hora de realizar sus compras en un establecimiento que se encuentra dentro de la zona azul o las llevan a cabo a toda prisa para no tener que volver a echar dinero al parquímetro.

Quienes trabajan en alguna de las calles afectadas por la O.R.A. muestran su disconformidad por el perjuicio que para ellos supone tener que salir cada dos horas a cambiar su coche de lugar de aparcamiento y poner un nuevo ticket, con el consiguiente gasto económico..

Para los vecinos de la zona, esta medida es desproporcionada y se extiende por un área demasiado grande. Quienes viven en ella consideran que ya pagan un impuesto municipal por circular y aparcar en las calles de Manzanares, y opinan que la O.R.A persigue un fin meramente recaudatorio.

Representantes de Izquierda Unida, encabezados por Miguel Ramírez, Coordinador Provincial de la coalición, y Santiago Sabariego, edil de la misma en el Ayuntamiento de Manzanares, estuvieron presentes en el desarrollo de esta protesta y recogieron firmas contra la zona azul, siendo la única fuerza política presente en la movilización.

Uno de los participantes portaba un cartel en el que acusaba de manipulación a la Televisión Municipal, aunque cuando fue preguntado por los micrófonos de MTM se negó a responder y expresar libremente su opinión. Tampoco quiso hacerlo ante ningún otro medio de comunicación de los que allí se congregaron.

Posteriormente, los ánimos se caldearon y un buen número de manifestantes se dirigieron a las inmediaciones del domicilio de Miguel Ángel Pozas, alcalde de Manzanares. Allí, algunos elevaron el tono de su protesta y profirieron insultos contra su persona.