Manzanares acogió el estreno en la región de “Obsesión”, el último trabajo de Hevia

El Gran Teatro de Manzanares acogió el pasado sábado el estreno en la región de “Obssesión”, el último trabajo de José Ángel Hevia. En un concierto vibrante, el gaitero asturiano fue desgranando los temas de su cuarto disco, en el que han colaborado la violinista conquense Judith y la Orquesta Sinfónica de Ciudad Real, así como algunas de sus canciones más emblemáticas. Éste fue, en palabras del músico, un concierto diferente al que ya ofreciera hace cuatro años en este mismo escenario. Hevia se mostró muy satisfecho con su reencuentro con los manzanareños y dijo sentirse muy a gusto en esta localidad, que calificó durante el desarrollo del concierto de “centro neurálgico de la música celta en la región”, con dos buenos grupos de este estilo.

Cuatro músicos acompañaron al asturiano en su actuación, entre ellos, su hermana María José, con la que comparte escenario desde hace treinta años y que se encarga de la percusión. Destacó la simbiosis que existe entre ambos, así como la importancia de compartir gira y viajes con la familia. Christian Constantini, a la bateria; Juan Carlos Mendoza, al bajo; y Javi Barral, a la guitarra, conforman el grupo de músicos que acompañan en su gira al gaitero más internacional de Asturias.

“Obssesión” es, según Hevia, un disco en el que la composición propia prima sobre la tradición, aunque mantiene la esencia del discurso musical que ha hecho famoso al músico asturiano, esa mezcla entre lo moderno y lo tradicional, que se ha convertido en su sello característico. En este disco se incluye “Luz de domingo”, que forma parte de la banda sonora de la película homónima de José Luis Garci, un director por el que asegura sentir una gran admiración, y en la que también realiza un corto papel. Una colaboración que surgió por casualidad, como “ocurre siempre con las cosas que suceden en el mundo de la música”.

José Ángel Hevia ha realizado, a lo largo de su dilatada carrera, diversas colaboraciones, que le han llevado a abarcar campos musicales de lo más variopinto, siendo una de las más llamativas la que realizó con Camela, de la que afirma sentirse muy orgulloso.

Con respecto a sus orígenes como músico, destaca la gran importancia que tuvo el apego a las tradiciones y la gaita asturiana de su familia, en especial de su abuelo, lo que le llevó a escoger este instrumento cuando, a los diez años, se sintió atraído por el mundo de la música. Recuerda también, como una buena experiencia de la que debe sacarse alguna buena enseñanza, el éxito de su primer trabajo discográfico, “Tierra de Nadie”, del que se vendieron más de dos millones de discos en cuarenta países del mundo.

Además de músico y compositor, Hevia también regenta una fábrica de instrumentos musicales, relacionados con la música folk y celta, llamada Arhpa. En ella también se comercializa una de sus grandes aportaciones, la gaita midi o electrónica, en la que comenzó a trabajar hace quince años, junto con sus amigos Alberto Arias y Miguel Dopico, convertida ya en su principal herramienta de trabajo sobre el escenario.

Con respecto a la evolución de la música celta en los últimos años, Hevia afirma que nos encontramos en un momento en el que parece no estar tan de moda como a finales de los años noventa, pero va creciendo la afición a la misma. Según el gaitero, se ha creado en nuestro país un público habituado a consumir este tipo de música de calidad y nacional.