Poco público en el espectáculo ecuestre a beneficio de Cruz Roja

Poco público en el espectáculo ecuestre a beneficio de Cruz Roja

El espectáculo ecuestre “¡Cómo bailan los caballos!” celebrado el domingo 16 a beneficio de Cruz Roja contó con poca afluencia de público. La Plaza de Toros de Manzanares presentó un pobre aspecto en sus gradas, ya que únicamente unas cien personas acudieron a presenciar este espectáculo en el que se pudieron comprobar varios estilos de doma de los caballos a cargo de la Escuela de Arte Ecuestre “Algara” de Villarrobledo.

Cultura. Espectáculos
22-09-2007

Esta exhibición ecuestre estuvo organizada por la Asamblea Local de Cruz Roja con el fin de recaudar algunos fondos para afrontar los numerosos gastos que conlleva intentar atender las necesidades del colectivo de la tercera edad. Para ello se fijó un precio de 10 euros de entrada general y de 5 para niños y jubilados.

La Escuela de Arte Ecuestre “Algara” de Villarrobledo fue la encargada de representar este bonito espectáculo titulado “¡Cómo bailan los caballos!”. Nueve caballos y siete jinetes de la escuela, dirigidos por Javier Algara, fueron los componentes de esta exhibición ecuestre. El show, que tuvo una duración de una hora y cuarenta y cinco minutos, ofreció diversos números en el que se mostraron distintos tipos de doma como la vaquera, tándem, trabajos a la mano, riendas largas, garrocha, de alta escuela y el carrusel.

A diferencia del año pasado, este espectáculo no contó con tan buena respuesta por parte del público. Javier Algara, director de “¡Cómo bailan los caballos!”, comentó extrañado que “es raro que en un pueblo de la talla de Manzanares la respuesta del público no haya sido tan buena. Máxime cuando los beneficios obtenidos se destinan a una buena causa”.

Este espectáculo llamó mucho la atención entre los que se congregaron en la Plaza de Toros, ya que la forma en la que se movían los caballos era muy vistosa. Javier Algara comentó que la dificultad para domar a los caballos es grande, ya que para realizar el ejercicio más simple se necesitan dos o tres años.