La lluvia afecta a la mayoría de procesiones de la Semana Santa
La lluvia afecta a la mayoría de procesiones de la Semana Santa
La Semana Santa 2007 en Manzanares pasará a la historia como una de las más lluviosas de los últimos años, lo que obligó a suspender la mayoría de procesiones del Jueves y Viernes Santo, convertidas en las jornadas con más precipitaciones de lo que llevamos de año. Desde el Miércoles Santo y hasta la noche del Sábado se registraron en Manzanares más de 60 litros por metro cuadrado. La única procesión que pudo lucirse fue la del Resucitado.
La suspensión de la mayoría de las procesiones de la Semana Santa de Manzanares por causa de la lluvia generó un sentimiento de tristeza y frustración en los cofrades de las distintas hermandades y, especialmente, en aquellas con pasos de costaleros y anderos. Así lo expresó el presidente de la Junta de Cofradías, Norberto Rodríguez, al finalizar la Procesión del Domingo de Resurrección que pudo celebrarse, paradójicamente, bajo un sol espléndido.
La imagen de Cristo Resucitado estuvo acompañada por un nutrido grupo de cofrades pertenecientes a las ocho hermandades de Manzanares, por las autoridades municipales y numeroso público que, aprovechando el buen tiempo, llenó las aceras de las calles que conformaron su itinerario. La procesión terminó en la ermita de la Veracruz, ante la que los nazarenos participantes se descubrieron al paso de la imagen del Resucitado.
Norberto Rodríguez valoró de forma positiva la colaboración y participación de los manzanareños que, a pesar de las inclemencias del tiempo, tuvieron la voluntad de cumplir con los actos programados y con su fe.
Los desfiles procesionales comenzaron el Miércoles Santo y en todo momento estuvieron amenazados por la lluvia. Ésta cesó a la hora del Vía Crucis nocturno de penitencia, que pudo celebrarse por la Avenida de Andalucía, donde miembros del grupo de teatro “Lazarillo” realizaron la lectura de las catorce estaciones. Debido a la posibilidad de lluvia, los organizadores desistieron de salir portando la imagen del Cristo de la Paz.
La lluvia dio una tregua en la mañana y primera hora de la tarde del Jueves Santo, lo que permitió que muchos fieles se desplazaran a las iglesias y guardapasos a contemplar las distintas imágenes. A las seis de la tarde salió de la ermita de la Virgen de la Paz la procesión de la Oración del Huerto, con tres de sus cuatro pasos portados por costaleros. Sin embargo, antes de llegar a su inicio oficial a las siete de la tarde en la Plaza de la Constitución, la procesión tuvo que volver sobre sus pasos por la calle Jesús del Perdón ante la aparición de la lluvia. Ésta continuó y obligó a suspender también la procesión de la Pasión de Cristo por acuerdo de las hermandades del Cristo de la Columna, del Encuentro y de la Virgen de los Dolores.
Después de una tarde noche pasada por agua, la lluvia cesó a medianoche y cuando todo apuntaba a su suspensión, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Perdón decidió celebrar la procesión del Silencio, con Nuestro Padre Jesús del Perdón. Ésta discurrió de forma rápida, sin presencia de bandas de música ni de cornetas y tambores. La presencia de público en las aceras y de nazarenos también fue reducida en comparación con lo habitual. A pesar de todo, la imagen del Patrón no estuvo sola y cabe resaltar la presencia de penitentes alumbrando el paso. En los momentos finales de la procesión volvió a aparecer la lluvia, aunque sin provocar daños en las imágenes.
La madrugada del Viernes Santo siguió pasada por agua, lo que impidió a la Hermandad del Santo Entierro celebrar su Vía Crucis a las seis de la mañana. El día siguió metido en agua y las hermandades de la Virgen del Traspaso y del Cristo de la Buena Muerte decidieron suspender su estación de penitencia prevista a las ocho y media de la tarde, hora a la que seguía lloviendo sobre Manzanares. Estas cofradías también descartaron aplazar su salida procesional al sábado.
La procesión del Santo Entierro también fue finalmente suspendida. La hermandad encargada de su organización aguardó hasta las nueve de la tarde-noche para tomar el acuerdo a la vista de lo que ocurría en el exterior de la Parroquia de la Asunción, donde seguía lloviendo. Aunque minutos después escampó, la lluvia no tardó en reaparecer, lo que demostró lo acertado de la decisión a pesar del desconsuelo de los anderos y anderas participantes.
El pequeño consuelo que quedó a las hermandades fue que el público pudo admirar sus novedades en los distintos guardapasos e iglesias. Los cofrades también pudieron resarcirse en la soleada mañana del Domingo de Resurrección en una procesión que estuvo más nutrida de participantes que en otras ocasiones.