El Museo “Manuel Piña” tendrá proyección nacional e internacional

El Museo “Manuel Piña” de Manzanares es ya una realidad. Impulsado por el Área de Cultura del Ayuntamiento de la localidad y llevado a cabo por el artista local Alex Serna, alberga casi un centenar de trajes y complementos diseñados por el modisto manzanareño, quien siempre expresó el deseo de que su obra permaneciera y se expusiera en Manzanares para disfrute de sus paisanos.

Según el responsable del diseño, distribución y decoración de la galería, ubicada en una de las cuevas rehabilitadas en el Centro Cultural “Ciega de Manzanares”, el Museo tendrá una proyección nacional e internacional debido a los contactos que ha mantenido con otros centros relacionados con el sector con el fin de llevar a cabo intercambios, cursos y simposios sobre el diseño y la moda. A pesar de que el Ayuntamiento de Manzanares no ha fijado aún una fecha para su inauguración oficial, Serna ya ha realizado los contactos necesarios para cumplir ese objetivo de expansión.

Las instalaciones del Museo se distribuyen en tres pasillos en con las paredes de ladrillo pintadas en blanco que muestran diversas inscripciones y con el suelo en color teja. Los trajes del diseñador descansan sobre maniquíes sin cabeza para dar más protagonismo al diseño. El ambiente del Museo se completa con una iluminación tenue pero con una gran gama de colorido.

Para Serna, el montaje del Museo ha supuesto la realización de un trabajo duro e intenso que comenzó en agosto de 2006 y ha finalizado los últimos días de marzo de 2007 con una duración total de ocho meses. En su opinión, el resultado es muy satisfactorio, sobre todo, por las numerosas colaboraciones que ha tenido en trabajos específicos como los de carpintería, electricidad y restauración de los vestidos, entre otras.

El artista local reconoce que el proyecto no se habría llevado a cabo sin el apoyo del Ayuntamiento y de su Área de Cultura con sus representantes al frente, el alcalde Miguel Ángel Pozas y el concejal Antonio Caba, quienes creyeron en la idea y en el proyecto que presentó Alex Serna, amigo y colaborador de Manuel Piña, a quien conoció profundamente y del que dijo que siempre deseó que su obra se instalara en una cueva.