Manuel Gallego estudia la génesis de "La fragua de Magdaleno", un cuadro de Antonio Iniesta
Manuel Gallego estudia la génesis de "La fragua de Magdaleno", un cuadro de Antonio Iniesta
La génesis del cuadro "La fragua de Magdaleno" del pintor Antonio Iniesta, "culpable" de la aparición de una generación de artistas manzanareños y acaso el pintor más importante de la localidad, que murió a los ochenta y cinco años de edad en 1999, es objeto de un "ensayo adivinatorio" por parte del crítico de arte Manuel Gallego Arroyo, que intuye similitudes y divergencias con "La fragua de Vulcano" de Velázquez.
Iniesta, un pintor especializado en paisajes manchegos y enamorado de las Lagunas de Ruidera que estuvo en activo prácticamente hasta caer enfermo unos meses antes de su muerte, pintó el cuadro "La fragua de Magdaleno" cuando todavía era relativamente joven, Se trata, en opinión de Gallego Arroyo, de "una pintura nada o muy poco académica. Tal vez la más desangelada y rara de cuantas hizo".
Para Gallego Arroyo "tiene mucho de concienzudo estudio, mucho de sacudimiento de academia, mucho de diálogo con Velázquez y mucho de lucha consigo mismo. La fragua fue sin duda un reto, pintado porque le vino en gana. Lienzo que, si bien más pequeño: 180 x 210 cm, guarda las proporciones ancho-alto de la de Vulcano"
Según el crítico, para su contenido tomó como modelo la fragua de Magdaleno que distaba pocos metros de su estudio, en los entornos de la actual calle Cárcel, "sólo tenía que cruzar el corralón y ponerse a contemplar los aperos, el yunque, la luz flotando en el macilento olor a polvo quemado".
La terminó en 1950 y siempre "habló con satisfacción de aquel cuadro que vendió a finales de los cincuenta a Ramiro Fernández Pacheco, "el oculista", cuyos ojos quedaron prendados de la obra. Gallego Arroyo señala que Iniesta siguió visitando esta obra, "su cuadro, que convirtió en una especie de necesidad contemplativa como la del guerrero que repasa si no sus victorias, sí su heroicos desafíos".
A mediados de los años 70 trató de "recomprarlo", pero era tarde, aquel reto ya no era suyo, tenía otro dueño que lo amaba. El critico Gallego Arroyo hace en la revista que el Ayuntamiento publicó con ocasión de las ferias de Manzanares, un análisis minucioso de "La fragua de Magdaleno", con su vaciedad de personajes que, al contrario de "La fragua del Vulcano", da todo el protagonismo a la estancia.
La reivindicación que hace Manuel Gallego Arroyo de la pintura de Iniesta, el "culpable", según Antonio Giraldo, pintor y escultor manzanareño que reside en Canarias, de una generación de artistas locales a los que inició en los cursos de verano que impartió en los años sesenta y por los que pasaron Condés o Antonio López de los Mozos, rescata del olvido la figura del "precursor" de la pintura manzanareña que eclosionó años después y que todavía están dando fruto.