Tres orejas por coleta en alternativa triunfal de Emilio Huertas
Tres orejas por coleta en alternativa triunfal de Emilio Huertas
La corrida de toros de la feria de Manzanares fue triunfal con tres orejas por coleta. La terna salió a hombros por la puerta grande de este centenario coso, que vivió la alternativa del manchego Emilio Huertas (oreja y dos orejas). Iván Fandiño (dos orejas y oreja) repitió un triunfo que pudo ser mayor ya que el público pidió más trofeos para el vasco. Daniel Luque (dos orejas y oreja) completó el exitoso cartel. Media plaza en festejo retransmitido en directo por la televisión autonómica de Castilla-La Mancha y en el que el ganado resultó justo de fuerzas.
Cuarenta y cinco años después de la alternativa de Juan José, la plaza de Manzanares vivió este sábado el doctorado taurino de Emilio Huertas, una firme promesa del toreo que tuvo como padrino a Iván Fandiño y como testigo a Daniel Luque.
El toricantano de Santa Cruz de Mudela, de azul marino y oro, estuvo frío con el de su alternativa tras unos elegantes lances con el capote y una tanda de chicuelinas. Con la muleta se acabaron las fuerzas del astado. Estuvo voluntarioso, como en un par de manoletinas, pero no pudo transmitir más y mató de estocada entera y delantera que le valió una oreja tras un recado presidencial.
Tras asistir al triunfo de sus compañeros de cartel, Huertas salió a por todas con el que cerró plaza. Volvió a estar muy elegante a la verónica. Con la muleta comenzó pasándose al toro por la espalda a pies juntos. Pronto llegaron tres excelentes tandas de derechazos que provocaron los olés más fuertes de la tarde. Dio pases con mucho gusto, bajando la derecha, ya que por ese lado el toro de Millares -empresario al que se lo brindó- fue mucho mejor mientras tuvo fuerza. Luego toreó en redondo y con el acero logró media estocada en buen sitio que precisó de un certero descabello. El público pidió con fuerza la segunda oreja y el palco accedió tras una tarde en la que puso caros los trofeos.
De verde bandera y oro, Iván Fandiño volvió a demostrar que es una gran figura y que pasa por un excelente momento. Sus ganas quedaron de manifiesto con la larga cambiada con la que recibió al segundo de la tarde junto a tablas y con el pase por la espalda que dio en los medios, citando de lejos, al comenzar el último tercio. Espectacular. Pero el toro cayó por dos veces, por lo que decidió cuidarlo y llevarlo con una delicadeza de gran maestro por el lado izquierdo, ya que por el otro pitón le recortaba, lo que obligó al de Orduña a aguantar lo indecible muy cerca de los cuernos, como ocurrió con una serie final de manoletinas. Gran estocada que hizo rodar sin puntilla al toro, que fue arrastrado sin las orejas.
Con el cuarto estuvo otra vez en figura, con dos completas tandas de derechazos que mantuvieron encendida la llama de los aficionados. Por ese pitón llevó el peso de la faena, de nuevo con gran suavidad para gestionar la fuerza del toro. Tras descalzarse se hartó a dar manoletinas antes de matar de otra estocada entera. El presidente le concedió una oreja y se llevó la bronca de la tarde ya que el público pidió con fuerza el que hubiera sido cuarto trofeo de la tarde para Fandiño.
Daniel Luque, de grana y oro, fue a la zaga y mantuvo el gran nivel torero de la tarde. A su primero lo saludó con ajustados capotazos junto a tablas a pies juntos. Lucido por chicuelinas en el quite inició la faena de muleta con estatuarios. El toro fue mejor por el pitón izquierdo y Luque acertó con los tiempos. En tarde de buenas estocadas hizo rondar al tercero sin puntilla y cortarle las dos orejas.
Con el quinto volvió a ir a por todas. Echó las rodillas al albero para recibir al de Millares, que le apretó de lo lindo. En la línea del encierro, el toro apenas fue picado y recibió dos pares de banderillas. Por eso Luque lo llevó alto con la muleta, con pases muy medidos y suaves por ambos lados, sacando petróleo de donde había poco combustible. Muy por encima del toro, tuvo alardes y desplantes, toreó en redondo y se puso los pitones a milímetros del cuerpo. Volvió a matar bien y el toro rodó solo cuando sonaba un aviso. Una oreja para el sevillano de Gerena y petición de la segunda.
Tarde triunfal con la clase de Fandiño, el ímpetu de Luque y la elegancia de Huertas. Alternativa soñada con su primera puerta grande como torero.