El programa “Irene” enseña a familias y docentes cómo actuar ante casos de violencia sexual a menores
El programa “Irene” enseña a familias y docentes cómo actuar ante casos de violencia sexual a menores
Ante un posible caso de violencia sexual a un menor, las familias y docentes no tienen que aplazar la conversación, deben creer al menor, desculpabilizarle y demostrarle empatía y afecto. Son las recomendaciones que hizo a las familias y a los docentes la psicóloga Ana Belén Rodríguez, experta en sexualidad y pareja que desarrolla desde el Centro de la Mujer de Manzanares el Programa “Irene” de prevención de la violencia sexual en jóvenes y adolescentes.
En el transcurso de una charla-café celebrada en el Centro de la Mujer, Rodríguez explicó cómo hay que actuar ante un posible caso de violencia sexual si la víctima es menor de edad. Destacó como fundamental escuchar al menor, creerle y reforzarle por haber sido capaz de comunicar una situación tan difícil. También recomendó que hay que hablar con la posible víctima de lo ocurrido y del agresor y, si no somos sus familiares, comunicar el abuso, acoso o agresión sexual a la familia. En todo caso, siempre hay que garantizar su seguridad y mostrar confianza en que la situación se resolverá favorablemente.
Según los datos expuestos por Ana Belén Rodríguez en este encuentro, el abuso, agresión o acoso sexual se pueden experimentar en cualquier circunstancia, lugar y tipos de familias. Siguiendo la definición de violencia sexual que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS), explicó que es todo acto sexual, tentativa de consumarlo, comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, acciones para comercializar o utilizar la sexualidad de una persona mediante la coacción por otra persona, independientemente de la relación de ésta con la víctima y en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo.
Se habla de agresión sexual cuando se usa la fuerza y la intimidación, de abuso sexual cuando se hace uso de la sorpresa y el engaño, y de acoso sexual cuando se exigen favores de naturaleza sexual, situaciones intimidatorias, hostiles o humillantes.
La ponente dio a conocer que una de cada tres adolescentes reconoce que su primera experiencia sexual fue forzada y que en España sólo se denuncian el 25% de las agresiones sexuales. Dejó claro que los y las adolescentes no son los responsables de provocar la situación de violencia sexual y que quienes cometen delitos sexuales pueden ser personas cercanas a ellos, conocidos o incluso su propia pareja. “No mienten cuando comunican que han sido o están siendo víctimas de violencia sexual”, explicó la psicóloga, que también hizo ver que este tipo de violencia no siempre va acompañada de violencia física.
Las consecuencias de la violencia sexual son muy negativas, especialmente en jóvenes, con sentimiento de culpabilidad, vergüenza, asco, rabia, miedo, ansiedad, pánico, etc. Por ello, a través de este programa, se fomenta la educación sexual y el buen trato como fundamental para prevenir posibles casos, sobre todo dentro de las relaciones de pareja.
En este encuentro ante una veintena de personas también se habló de la violencia sexual a través de las nuevas tecnologías, como las redes sociales. El ciberacoso o ciberbullying entre menores incluye actuaciones de chantaje, insultos o vejaciones que pueden ser de contenido sexual. También cabe estar alerta ante el llamado “grooming”, estrategias que utilizan adultos para ganarse la confianza de menores a través de internet con la finalidad de obtener concesiones de índole sexual, como imágenes a través de la webcam, whatsapp, etc.
Programa “Irene”
Esta charla está enmarcada en el programa “Irene” de prevención de la violencia sexual en jóvenes y adolescentes que desarrolla en Manzanares el Centro de la Mujer gracias a un convenio del Ayuntamiento con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Durante el mes de mayo está realizando talleres dinámicos en los que participan unos 700 estudiantes de 1º a 4º de ESO de los institutos “Azuer” y “Sotomayor”
En las actividades programadas se dota a jóvenes y adolescentes, familias, educadores, personal sanitario, de seguridad, etc. de recursos preventivos, tanto personales como institucionales, para impedir la aparición y desarrollo de este tipo de violencia. De esta forma se promueven el desarrollo de valores y actitudes relacionadas con el respeto, la tolerancia, habilidades sociales para dar negativas y ofrecer alternativas, cómo detectar signos de violencia sexual, creencias erróneas sobre las relaciones de pareja, uso adecuado de las nuevas tecnologías y qué hacer en caso de ser víctima de violencia sexual.
El 9 de junio a las 20 horas habrá en el Centro de la Mujer una nueva charla orientada a padres, madres y educadores o tutores sobre cómo utilizar la educación en sexualidad como herramienta preventiva ante la violencia sexual. Para finalizar, al día siguiente de 9 a 14 horas se llevará a cabo una jornada específica destinada a profesionales que tienen relación con adolescentes en la que aprenderán herramientas para poder atender a las víctimas de violencia de genero de forma adecuada.