El paisaje manchego de las Lagunas de Ruidera, protagonista de la exposición de Fernández Arroyo

El Espacio para el Arte de Caja de Madrid alberga la exposición del manzanareño Pedro Fernández-Arroyo Tébar. La muestra nace, como él mismo afirma, “tras descubrir a una temprana edad la magia del dibujo y hacer pasar doce años para que la luz intensa de los acrílicos y óleos le empujaran, junto con la voz de sus amigos y familiares, a mostrar sus trabajos”.

La temática naturalista y la expresión realista son plasmadas en sus obras paisajes donde Fernández Arroyo tiene como protagonistas numerosos rincones de Las Lagunas de Ruidera, junto a las Tablas de Daimiel y Sevilla, “a los que dota de un especial romanticismo, gracias a una intensa luz y vivos colores que sitúan al observador, ante estas espléndidas tardes de la primavera manchega, plena de contrastes cromáticos ocultos en otras épocas del año”, señala el trípico de la exposición.

Fernández Arroyo se considera un pintor autodidacta y que sus años por los cursos y talleres de la Universidad Popular Municipal, dirigidos por el pintor local Pedro Miguel Pérez Villegas, le han hecho continuar con su gran afición: la pintura.

Le gusta utilizar los acrílicos, óleos, pasteles y también la tinta china. La exposición, a la que el artista manzanareño no ha querido arriesgarse a darle título, es una retrospectiva de su carrera pictórica que comenzó hace quince años.

Para Fernández-Arroyo ésta es su segunda exposición, la primera experiencia fue mostrando su obra en el Café Local de Valdepeñas. El autor ha puesto mucha ilusión y entusiasmo por dar a conocer su obra a todo Manzanares. Su principal objetivo es que los vecinos de esta localidad y que las personas que vayan a visitarla le den su opinión y valoren su trabajo. “Me gustaría conocer las opiniones no solo de mis amigos y familiares que son los que más te apoyan también de los vecinos de Manzanares”, dijo el autor.

La exposición de Pedro Fernández Arroyo, en el Espacio para el Arte de Caja de Madrid, es una magnifica oportunidad de admirar hasta el 10 de octubre, “los detalles tantas veces soslayados por el apremio del tiempo, por la excesiva cotidianeidad o por el derroche de objetividad puesta en cada momento de nuestro pasar”, apunta el crítico de arte manzanareño Gregorio Villegas.