Manzanares, una alternativa de turismo de interior
Manzanares, una alternativa de turismo de interior
Manzanares, enclave privilegiado en el centro de La Mancha, es una excelente alternativa de turismo de interior para quienes opten por este tipo de vacaciones. En la ciudad se entremezclan historia y modernidad, tradiciones y tendencias actuales a partes iguales, ofreciendo al viajero un destino plagado de contrastes al alcance de la mano.
Manzanares se presenta como una encrucijada en el corazón de La Mancha. La ciudad, con una población que supera los 19.000 habitantes, posee una inmejorable situación geográfica que, desde tiempos inmemoriales, le ha concedido un lugar relevante dentro de la región. Aquí confluyen dos autovías de gran importancia. La A-4 es el eje vertebrador que une la capital de España con el Sur del país. La A-43, por su parte, se prevé que se convierta en el eje Este-Oeste de la Península.
Esta nueva autovía A-43 ofrece una excelente comunicación con la capital de la provincia, Ciudad Real, de la que dista 50 kilómetros. Esta vía de comunicación deja en media hora la distancia entre Manzanares y el futuro Aeropuerto Central así como del AVE Madrid-Sevilla. En materia ferroviaria, Manzanares cuenta con estación propia, desde donde llegan y parten trenes que tienen como procedencia o destino Madrid, Barcelona, Andalucía, Valencia, Alicante y Extremadura.
Su privilegiada situación y dotación hotelera convierten a Manzanares en el lugar idóneo en el que establecerse para conocer La Mancha. En un radio inferior a 50 kilómetros, el viajero encontrará enclaves tan significativos de la provincia como Almagro, Valdepeñas o Villanueva de los Infantes, los espacios naturales de las Tablas de Daimiel y las Lagunas de Ruidera, o paisajes tan quijotescos como el de los molinos de Campo de Criptana.
El turista dispone de una completa red hotelera en la que poder hospedarse, encabezada por el Parador Nacional de Turismo y hoteles situados junto a la A-4 como El Cruce, Saga y Residencia Manzanares. Dentro de la ciudad encontramos, entre otros, la Hospedería Castillo de Pilas Bonas, el Hotel Menano, Hostales Ancla y Sancho, y el alojamiento rural Hotel Antigua Casa de la Bodega.
Pero Manzanares también posee suficientes atractivos como para llamar la atención del turista de interior. Es uno de los enclaves destacados de la Ruta del Quijote y alberga algunos monumentos que no pueden dejar de visitarse. El triángulo monumental de Manzanares lo forman la Iglesia de la Asunción, el Convento de las Monjas de Clausura y el Castillo de Pilas Bonas.
El templo parroquial de la Asunción data de finales del siglo XIV y comienzos del XV. Posee una bellísima portada plateresca de finales del siglo XVI con tímpano y trompetillas en forma de abanico. El conjunto fue declarado Bien de Interés cultural en 1991. Se ubica en la plaza de la Constitución, centro neurálgico del casco antiguo de la ciudad, rodeada de soportales y en la que se encuentra el Ayuntamiento, un edificio de 1920.
En el casco antiguo encontramos también otros edificios de interés singular, como las ermitas de San Antón, del s. XVI, pero restaurada en el s. XVIII, y San Blas, de origen incierto y reconstruida en 1847. La ermita de la Veracruz alberga destacadas muestras de imaginería religiosa. Destaca, sin lugar a dudas, la imagen de Nuestro Padre Jesús de Perdón, patrón de la ciudad. En esta ermita encontramos una Cripta-Museo en la que puede contemplarse el fajín del general Sebastiani que el oficial francés le ciñó a Jesús del Perdón en el histórico episodio que vivió la ciudad en plena Guerra de la Independencia el Viernes Santo de 1809.
En la calle Virgen del Carmen, que junto con la calle Monjas ofrece edificaciones con llamativos escudos en piedra, salen a nuestro encuentro dos edificios dignos de destacarse: la Casa del Marqués de Salinas y el Centro Cultural “Ciega de Manzanares”, que es sede diversas asociaciones culturales y en cuyas antiguas bodegas puede admirarse el Museo “Manuel Piña”, con impresionantes obras del modisto manzanareño.
En otro de los vértices del triángulo monumental está el Convento de las Franciscanas, conocido como de las monjas de clausura. Inaugurado en 1592 es un edificio sobrio y austero, con una fachada de estilo barroco del siglo XVII.
En la plaza de San Blas está eEl restaurado castillo de Pilas Bonas, que data del siglo XIII. En él sobresale la Torre del Homenaje, con una llamativa bóveda interior de enorme grosor y realizada en tapial. Este castillo, fortín de la Orden de Calatrava, se encuentra abierto al público convertido en un establecimiento hostelero.
En la entrada sur de la ciudad se alza otro edificio emblemático, la antigua Fábrica de Harinas, edificio de estilo ecléctico-historicista, construido a principios del siglo XX. Muy próxima a ella se encuentra la Plaza de Toros, de la misma época, y en la que el 11 de agosto de 1934 fue mortalmente corneado Ignacio Sánchez Mejías, a quien lloraron los poetas de la Generación del 27.
En una de las plazas más modernistas de la ciudad se encuentra el Gran Teatro, referencia artística y cultural de Manzanares. La fachada del edificio actual es una copia casi idéntica de la del anterior teatro de principios del siglo XX, que fue derribado en los años setenta, aunque su interior se ha diseñado para obtener una funcionalidad excelente, con una acústica envidiable.
Otro atractivo de esta ciudad es su frenética actividad cultural, que no cesa ni en agosto. A caballo entre la feria de julio y las fiestas patronales de septiembre, Manzanares acoge el Festival Internacional de Teatro Contemporáneo Lazarillo, que este año tendrá lugar del 26 al 31 del próximo mes.
Con rutas senderistas y de cicloturismo, espaciosas zonas verdes, una envidiable gastronomía en la que sobresalen el queso manchego y el vino elaborados en la ciudad, y con bares y restaurantes donde disfrutar del tapeo y de platos típicos u originales, Manzanares bien merece una visita detenida, tanto por propios como por foráneos.