Manolo Rodríguez presentará en la Biblioteca Municipal un libro de oficios perdidos

Con el cuadro del manzanareño Antonio Iniesta “La fragua de Magdaleno” en la portada, el libro de Manolo Rodríguez encierra un documento de gran riqueza etnográfica. Se trata de un trabajo de más de treinta años en los que el autor, gracias a la afición periodística que ejerce en la revista “Siembra” y en otros medios con los que colabora, recopila entrevistas realizadas a personajes de Manzanares cuya peculiaridad radica en el oficio que ejercían, profesiones muchas de ellas ya olvidadas.

No sólo hay fotografías realizadas por el propio autor. También están las que les cedían los protagonistas y además plasma las conversaciones que grabó con estos singulares personajes en su inseparable magnetófono, aportando datos de gran interés para quienes quieran recordar o conocer cómo eran aquellas profesiones, tan comunes antes, y tan curiosas ahora que el tiempo, la tecnología y el mayor poder adquisitivo, han hecho olvidar. Y es que, por ejemplo, hoy día ya no se arregla una sartén rota. Simplemente compramos otra nueva. Lo mismo ocurre con los trajes o camisas.

Este “puzzle”, como el autor califica “Oficios perdidos y sus personajes en Manzanares”, título del libro, “permitirá a los venideros reconstruir la vida de antaño con buen conocimiento de causa, pues las gentes y los trabajos que desarrollaban aparecen tal como eran, y se reflejan sus actos, su modo de manejar y hacer con los utensilios de la época”, escribe Rodríguez en el prólogo.

El libro es también un diálogo con nuestros antepasados. “A otros les parecerán cuentos de la abuela, narrados al amor de la lumbre en los crudos inviernos”, añade el autor, quien siempre ha tenido especial predilección por hablar con personas mayores de las que conocer su experiencia vital y profesional.

Entre los más de cincuenta oficios y tradiciones perdidos de los que nos habla Manolo Rodríguez en el libro aparecen algunos tan curiosos como el de esparteros, cabreros de ubre, vareadores de lana, aguador, lavanderas en el río, boteros, la siega y la matanza. Todo ello aderezado con fotografías de la época, en su mayoría inéditas, y que constituyen un valioso recurso histórico salpicado de multitud de anécdotas, motes y datos de un pasado no demasiado lejano.