La gastronomía gallega reconquista el calatravo castillo de Pilas Bonas

El Castillo de Manzanares permite disfrutar estos días de marisco capturado horas antes en las rías gallegas y maridarlo con vino y otros productos de La Mancha. Gracias a la colaboración entre el restaurante Castillo de Pilas Bonas y Bodegas López Mercier, por tercer año se celebra este Festival Gastronómico que ofrece un suculento menú por 45 euros.

El gallego Alfonso Díaz, coordinador del festival, explicó que el menú es innovador respecto a las ediciones anteriores. Está compuesto de unos entrantes con pimientos de Padrón, cigalitas al ajillo de Las Pedroñeras, pulpo a feira con cachelos de patata gallega y aceite de Óleo Martos, trufas de mar crujiente, tortas de peixe azul y mejillones de la Bahía de Aldán al vapor. Le sigue una espectacular fuente con camarones de Altura al laurel, nécora, buey de mar y centolla de la ría de Marín, acompañada de una caracola de merluza con langostino y punta de espárrago. Y como colofón, tarta de manzana de Santo Tomé de Piñeiro con sorbete de orujo.

Díaz dijo que es un auténtico festival y que como un festival de Jazz, tiene un tronco común -en este caso la centolla, nécora y buey de mar-, y muchas variaciones alrededor, de ahí que no sea repetitivo de un año para otro. Al respecto destacó las expertas y creativas manos del chef del Castillo de Pilas Bonas, Vicente Gigante.

Por otro lado, el festival gastronómico permite descubrir el perfecto maridaje del marisco gallego con el vino manchego gracias al blanco airén “Torre de Rejas”, que combina con el menú de principio a fin, desde los entrantes hasta el postre. “Se trata de un vino suave, armónico y fresco, con toques afrutados de pera y fruta tropical”, explicó Evelio Alarcón, enólogo de Bodegas López Mercier.

El coordinador del festival gastronómico, que animó a La Mancha a mostrar sus productos en Galicia cual Álvaro de Bazán, hizo un llamamiento a las autoridades para que en la Autovía A-4 se anuncie la existencia del castillo de Manzanares como monumento del siglo XIII. También homenajeó a los mariscadores gallegos que se juegan la vida para conseguir estos frutos y agradeció el apoyo de la sociedad civil española que ha permitido que las costas gallegas estén plenamente recuperadas. “Este festival es la devolución de aquel esfuerzo”, concluyó Alfonso Díaz.