Los fuegos artificiales cerraron unas fiestas patronales frescas en temperatura pero intensas en participación
Los fuegos artificiales cerraron unas fiestas patronales frescas en temperatura pero intensas en participación
Los fuegos artificiales al término de la procesión de Nuestro Padre Jesús del Perdón pusieron el colorido punto y final a las fiestas patronales 2008 de Manzanares, marcadas por frescas temperaturas y una intensa participación en el amplio programa de actos lúdicos y culturales programados por el Ayuntamiento. La ciudad vivió un ambiente festivo en el que no se pierde el carácter religioso de la celebración.
La concejala de Festejos del Ayuntamiento de Manzanares, Beatriz Torres López, se mostró satisfecha por el resultado de las fiestas patronales de este año y realizó una valoración positiva del desarrollo de los actos programados con el fin de ensalzar la festividad de Nuestro Padre Jesús del Perdón, de los que recordó como más multitudinarios el novedoso Grand Prix, el mercado medieval y la comida popular.
Torres explicó que han sido dos fines de semana cargados de actividades con muy buena respuesta de público, a pesar de que en el anterior hubo lluvia y en éste temperaturas más frescas de lo habitual en estas fechas, lo que mermó el número de consumiciones vendidas en los chiringuitos instalados para la ocasión en los Paseos del Río.
Desde el viernes por la mañana se vivió la fiesta en el fin de semana de la festividad del Patrón con el XV Encuentro de Encaje de Bolillos “Ciudad de Manzanares”, que levantó admiración con 260 participantes en la calle Empedrada. Por ésta y otras calles céntricas tuvo lugar por la tarde un llamativo pasacalles infantil con música y muñecos que sorprendieron a los más pequeños, que después pudieron disfrutar masivamente y de forma gratuita de un parque de atracciones hinchables instalado en el recinto de “La Pérgola”.
A pesar de la descendente temperatura, en los Paseos del Río hubo un excelente ambiente en la noche del viernes gracias a la iniciativa del Consejo Local de la Juventud de instalar carpas en una jornada de puertas abiertas del asociacionismo juvenil, en la que hubo juegos y música disco junto a los chiringuitos instalados por distintos colectivos en la explanada del desaparecido árbol gordo.
Allí estuvo el escenario que acogió la vibrante, divertida y animada actuación de Alamedadosoulna, cuyos diez componentes pusieron a saltar al público e incluso a hacer aeróbic para combatir el frío. También aquí, al día siguiente, se celebró la ya tradicional verbena a beneficio de la Junta de Cofradías, que cambió su ubicación de la plaza de San Antón.
La verbena estuvo muy concurrida. Destacaron las actuaciones de un humorista y del cantante de copla Carlos Vargas, que precedieron a la Orquesta Diamon, que amenizó el posterior baile. El sábado por la tarde también se celebró en el Centro Ecuestre “La Vereda de Siles” una exhibición de doma de caballos, que tuvo acceso gratuito.
El domingo, mientras ACECE repartía miles de raciones de migas en la calle Empedrada, la banda de cornetas y tambores El Traspaso realizó su habitual pasacalles y la banda de música “Julián Sánchez-Maroto” ofreció el concierto del día del patrón en la lonja de la Parroquia de la Asunción.
A la una de la tarde se inauguró la exposición del XXXIII Certamen Nacional de Pintura “Ciudad de Manzanares” en el Espacio para el Arte de Caja Madrid y en el Gran Teatro, donde se entregaron los premios a los ganadores. El más sustancioso, el Premio Ayuntamiento de Manzanares, correspondió al alemán Klauss Ohnsmann.
Finalmente, y tras la procesión de Jesús del Perdón, a las once y cuarto de la noche se prendió en el parking de FERCAM un llamativo castillo de fuegos artificiales que congregó a numeroso público. La empresa encargada de su instalación y quema fue Pirotécnia de Altura (Castellón).
También cabe destacar que durante todo el fin de semana se pudo disfrutar de los productos de Galicia en la gran carpa instalada en el parking del recinto ferial con motivo de la II Feria Gastronómica Gallega, por la que pasaron numerosas personas de Manzanares y de otros pueblos de la comarca atraídas por la rica oferta de platos y vinos de las Rías Baixas.