Fortes firma lo mejor de una corrida con puerta grande para Mora y Pinar

Con casi media plaza en festejo retransmitido en directo por Castilla-La Mancha Televisión y Telemadrid, Manzanares vivió una buena tarde de toros que vino a menos a partir de su ecuador. En el recuerdo estuvo presente Víctor Barrio, para quien se guardó un respetadísimo minuto de silencio al inicio del festejo, en el que un niño soltó dos palomas desde el centro del ruedo, en su memoria y en la de las víctimas del atentado de Niza. Los diestros lucieron brazaletes y crespones negros, además de brindar al cielo sus primeros ejemplares.

En su presentación en esta plaza, David Mora, de verde manzana y oro, cuajó los primeros olés de peso por la derecha y en redondo. Estuvo muy por encima del primero de la tarde al que mató de estocada entera que precisó de descabello. Una oreja. Con el cuarto, un colorao con poco recorrido en la muleta, trazó una faena muy laboriosa por la que logró otra oreja tras un pinchazo.

De grana y oro, Rubén Pinar, que ya había salido a hombros en 2009 y 2010 en esta plaza, salió a buscar el triunfo en su primero. Toreó con ganas a la verónica y regaló un quite por chicuelinas. Con la muleta lidió templado y con profundidad. Siguió muy torero al natural y en redondo con los pies clavados. Una estocada casi entera le permitió desorejar al segundo de la tarde. Con el quinto, el más grande del encierro, se encontró con un toro complicado al que, a pesar de todo, le robó buenos muletazos por el pitón derecho. La estocada delantera y caída, unida al poco acierto con la cruceta, impidieron cualquier posibilidad de trofeo. Saludó desde el tercio.

En un festejo que prometió mucho hasta su mitad, Jiménez Fortes, de verde oliva y oro, no quiso ir a la zaga de sus compañeros de cartel. Se fue a por todas y, clavado ante toriles en la misma boca de riego, recibió al tercero por chicuelinas. Se gustó en un quite por espaldinas e inició el último tercio con estatuarios en los medios. La faena iba a más y hubiera sido de rabo de no fallar con la cruceta. Ligó naturales profundos y muy ajustados; y levantó al público por la derecha con arriesgados cambios por la espalda. Fue lo mejor de la tarde. Con el sexto, mucho más complicado y con sentido, volvió a jugársela para robar las embestidas. Destacó con un quite por ceñidísimas chicuelinas y culminó con manoletinas antes de fallar estrepitosamente con el acero.

Saúl Jiménez Fortes abandonó el albero a pie en medio de los aplausos del público por su compromiso y torería. Puso el mismo empeño que en una plaza de primera. David Mora y Rubén Pinar salieron camino de la Avenida de Andalucía por la puerta grande.