El Espacio para el Arte muestra una interesante exposición de Clepsidras o relojes de agua

El Espacio para el Arte muestra una interesante exposición de Clepsidras o relojes de agua

Los relojes de agua o clepsidras datan de la antigüedad egipcia y se usaban especialmente durante la noche, cuando los relojes de sol no podían funcionar. El Espacio para el Arte de Caja Madrid muestra, hasta el ocho de mayo, una curiosa e interesante exposición dedicada a estos relojes, creados por el artista disciplinar e “investigador del tiempo” Paco Santamaría.

Cultura
14-04-2007

Las clepsidras son una de las más originales creaciones para medir el tiempo, pero cuentan además con la peculiaridad de añadir un valor estético y significativo que las convierten en obras de arte. La comisaria de la exposición, Concepción Gómez, dijo que la palabra proviene del latín clepsydra, que deriva a su vez del griego Klepsydra, compuesta de hydro (agua) y klepto (robo).

“Literalmente significa ladrón o ladrones de agua. Su funcionamiento es tan simple como llamativo: en primer lugar, la gravedad hace que una cantidad de agua o arena fluya de manera continua para pasar de un recipiente a otro. En segundo lugar, mediante marcas realizadas en cualquiera de los recipientes del sistema, es posible medir o visualizar el tiempo transcurrido en el trasvase”.

La exposición suele impresionar a quienes la contemplan, ya que pese a sus singulares configuraciones, todas las obras funcionan. Su escultor, Paco Santamaría, artista español nacido en Hamburgo en 1969, ha trabajado en distintos campos expresivos: fotografía, arte digital, diseño gráfico, escultura..., pero siempre desde una misma perspectiva: el estudio del tiempo y su relación con las formas, la materia y la sociedad.

La intención de las clepsidras de Paco Santamaría, según Gómez, ha sido “expresar las múltiples tensiones del ser humano de nuestro momento, el que nos ha tocado vivir, su lucha, sus contradicciones en relación con el tiempo”.

Aunque todas sus “esculturas-reloj” funcionan en lo básico, están incompletas, “necesitan el requerimiento del espectador para completar su función... dar la hora, mostrar el tiempo...”. Se trata de obras en las que el autor profundiza en su particular y evocadora manera de “atrapar el tiempo”, indagando sobre lo temporal y sus significados.

Toda clepsidra por el hecho de serlo cumple una doble condición. En primer lugar, la gravedad hace que una cantidad de agua o arena fluya de manera continua para pasar de un recipiente a otro. En segundo lugar, mediante marcas realizadas en cualquiera de los recipientes del sistema es posible medir o visualizar el tiempo transcurrido en el trasvase.

En este sentido, según la comisaría de la muestra las clepsidras que se muestran en Manzanares comparten con sus homólogas históricas aprovecharse de las propiedades físicas del agua para mediante algún mecanismo específico “atrapar el tiempo” haciendo visible el movimiento, pero se separan de ellas en que su finalidad no es cronométrica sino significativa y estética.

Tras su paso por Manzanares, Clepsidras se expondrá en diferentes ciudades de España hasta llegar en el 2008 a la Expo de Zaragoza que llevará como título “El agua y la sostenibilidad”.