La Escuela de Natación de Manzanares cierra la temporada con un notable alto y con intención de seguir mejorando
La Escuela de Natación de Manzanares cierra la temporada con un notable alto y con intención de seguir mejorando
En deporte base tener la temeridad de poner nota a un trabajo bien hecho, encima realizando por grandes profesionales, es una temeridad de primer orden en todos los aspectos pero en esta ocasión nos atrevemos a ponerle un notable alto a la escuela de natación de Manzanares. Como buenos alumnos y grandes profesionales, que son quienes reciben las clases y los monitores de la escuela, estamos en condiciones de avanzar que alumnos y profesores apuestan por sacar la proxima temporada un sobresaliente alto
Finalizada la temporada 2004/2005 para la Escuela de Natación de Manzanares se puede hacer un breve balance sobre lo que este año ha tenido de novedoso con respecto a la anterior en dicha escuela
Para esta temporada se ampliaba el rango de edades con los que se podía inscribir a esta escuela. El año anterior, la primera temporada de funcionamiento, únicamente estaba abierta a chicos y chicas nacidos entre los años 1990 y 1992, encontrando el problema añadido de que la natación era un deporte que, por carencia de instalaciones adecuadas, no se había planteado como “competitivo” en nuestra localidad hasta la fecha, y tan sólo se había planteado de manera utilitaria y lúdica, a través de los cursos de natación de la piscina de verano primero, y la piscina cubierta después. Esto supuso que los grupos de entrenamiento programados no estuvieran completos, sobre todo el de la categoría alevín, los nacidos en los años 92 y 93, aunque el número de inscrito fue muy aproximado a lo que se esperaba y bastante aceptable.
En la presente temporada, el abanico de edad se amplió, pues la respuesta de los chicos y chicas el año anterior había sido bastante aceptable, y además, por parte de los entrenadores de la escuela, se proponía la idea de intentar “enganchar” a nuevos integrantes de la escuela en edades más tempranas. La idea era la de tratar de que estos jóvenes nadadores tuvieran cuanto antes un contacto con el aspecto competitivo de la natación, perfeccionando la técnica de los estilos, trabajando aspectos propios del deporte como las salidas y virajes y, por supuesto, ir trabajando la condición física a través del entrenamiento, y así, al ser más jóvenes, intentar hacer una planificación más a largo plazo que permitiera un nivel bastante aceptable al llegar a cierta edad.
Así, en la presente temporada 2004/2005 se aumentaba el número de chicos y chicas inscritos en la escuela; el primer año el número de integrantes de la escuela era de 20, pasando este año, en el inicio de la temporada a 28 nadadores totales en las distintas categorías. Esta cantidad de inscritos puede ser considerada como un éxito, ya que es un número aceptable y elevado para una escuela deportiva de tan sólo un año de experiencia.
Así mismo, uno de los principales cambios que se produjeron también este año es el aumento de las horas de entrenamiento semanales, pasando de 3 horas semanales de entrenamiento el primer año, a 4 horas semanales en esta segunda temporada; este aumento de horas respondía a la necesidad planteada por parte de los entrenadores de un entrenamiento casi diario del deporte de la natación, para poder plantear una mayor carga de trabajo, consiguiendo también que “los nadadores se metan en el agua con más frecuencia y sigan adquiriendo más sensaciones”. Hay que recordar que además de esto el trabajo de condición física necesario para un rendimiento aceptable en el deporte se ve aumentado, puesto que se posibilita el trabajar más volumen de metros y plantear entrenamientos más acordes con el nivel que luego se exige en las competiciones.
En este sentido, los nadadores que pertenecieron a la escuela en su primer año y repetían esta temporada han posibilitado una continuidad en el entrenamiento que no ha sido posible con los chicos y chicas que empezaban en la escuela. El primer año de funcionamiento, los entrenadores de la escuela centraron su trabajo en el perfeccionamiento técnico de los estilos, en que los chicos y chicas se familiarizaran con los aspectos competitivos del deporte, compitieran por primera vez, y tuvieran nuevas experiencias en el deporte; igualmente, en el entrenamiento físico, se contemplaba el desarrollo de la resistencia aeróbica principalmente (aunque sin olvidar otras facetas del entrenamiento como la velocidad), aspecto primordial a trabajar en los jóvenes nadadores. Si el trabajo de la resistencia y la técnica era lo principal en esa
primera temporada, durante el segundo año de entrenamiento de los chicos y chicas que continuaron en la escuela se pudo ir añadiendo otros aspectos del entrenamiento necesarios para el “rendimiento” en el deporte: se continuó manteniendo la base del trabajo de resistencia, aunque el volumen de metros que el nadador hacia en cada sesión de entrenamiento se vio claramente aumentado; así, por ejemplo, por el mes de Marzo aproximadamente, se iba llegando al máximo volumen de entrenamiento, con un total de 7000 metros semanales, algo que superaba en mucho los metros nadados en el año anterior en la época de máximo trabajo, además de hacerlo con un mayor grado de intensidad y de exigencia. Esto era posible gracias a esa continuidad que daba el que los chicos tuvieran ya cierta experiencia en el entrenamiento de la natación.
Esta continuidad en el trabajo se vio reflejada en los resultados obtenidos a lo largo de la temporada y, sobre todo, al final de la misma. Durante todo el año, los nadadores y nadadoras de la escuela de Manzanares mejoraban sus marcas, bajando los tiempos que acreditaban del año anterior y de principio de temporada. Hay que decir que en el primer año los resultados y las competiciones no eran algo que “preocupaban” en exceso a los entrenadores, puesto que es lógico pensar que algo que acaba de formarse necesita un tiempo de aprendizaje y adaptación, a lo que había que añadir el hecho de competir contra clubes de mucha mayor tradición en el mundo de la natación, clubes que llevan más años de funcionamiento, con lo de avanzado que ello supone. En este segundo año la competición, sin ser todavía el objetivo prioritario, sí que iba tomando una mayor importancia en la planificación del trabajo, intentando ir mejorando la imagen en las competiciones y las marcas que se realizaran en ellas. Y se consiguió: si en la primera temporada la Escuela de Manzanares sólo clasificaba a un nadador para una de las pruebas de la Final Provincial del Deporte en Edad Escolar, concretamente en 50 braza, donde se obtuvo la medalla de bronce, en la temporada recién finalizada eran 7 los nadadores y nadadoras que se clasificaban para dichas finales, en un total de 9 pruebas; los resultados en ellas fueron simplemente extraordinarios, pues, compitiendo contra los mejores nadadores de la provincia en sus respectivas categorías, los chicos y chicas de la escuela obtuvieron una medalla de bronce, 6 cuartos puestos, 1 quinto lugar y otra 3ª posición aunque descalificada, lo que no elimina el gran tiempo realizado.
Así pues, se puede decir que la Escuela de natación de Manzanares, poco a poco, por su corto período de existencia, tiene que ir a más, creciendo paso a paso, intentando que exista una continuidad en el trabajo con los chicos y chicas que en ella se inscriben cada año, pues es complicado obtener buenos resultados en un solo año de trabajo, cosa que se consigue con un trabajo bien planificado y haciendo las cosas lo mejor posible, algo que, sin duda, se esta intentando en esta escuela deportiva.