El equipo de gobierno no salió en la procesión de San Blas por la ausencia del párroco

El equipo de gobierno no salió en la procesión de San Blas por la ausencia del párroco

Las fiestas en honor a San Blas terminaron el martes 3, día de su festividad, con la tradicional procesión por la “carrera” de costumbre. El frío y la amenazante lluvia no impidieron su celebración. Ésta comenzó con unos minutos de retraso por la ausencia del párroco de la Asunción. La falta de presidencia religiosa hizo que los miembros del equipo de gobierno no salieran en la comitiva.

Fiestas
04-02-2009

Ante la ausencia de la autoridad religiosa que debe presidir una procesión, el alcalde de Manzanares, Miguel Ángel Pozas, y los tres miembros del equipo municipal de gobierno que le acompañaban -Antonio Caba, Beatriz Torres y Félix Cano-, decidieron no participar en la procesión de San Blas, como hubiera sido su deseo en la tarde del martes.

Con la comitiva formada a las puertas de la ermita de San Blas desde las cinco de la tarde, los representantes del equipo de gobierno esperaron junto a los miembros de la Hermandad. Éstos, ante el retraso del párroco de la Asunción, Luis Gallego, decidieron que comenzara la procesión sin presidencia religiosa. Las autoridades municipales, como ha ocurrido en otras ocasiones en las que no ha habido representación eclesiástica, prefirieron no participar. Sí lo hicieron los representantes del Grupo Popular.

Al final, todo se debió a una confusión del párroco, que se personó en la ermita poco antes de las cinco y media con el convencimiento de que la procesión comenzaba a esa hora ya que antes tenía otros quehaceres en la Parroquia. Don Luis, que por la mañana ofició la Función Solemne, salió al encuentro de la marcha y se incorporó a ella a mitad de recorrido.

La procesión terminó pasadas las seis de la tarde con la entrada de la imagen de San Blas entre los aplausos de los fieles congregados en su plaza. A pesar del mal tiempo, todos los actos previstos en las fiestas se pudieron desarrollar.

La participación de fieles volvió a ser muy numerosa, como demuestra la gran demanda de las típicas rosquillas del santo y la presencia en las calles durante la procesión a pesar del mal tiempo. Y es que San Blas goza de una devoción tal -para muchos es como el segundo patrón del pueblo-, que un buen número de negocios y comercios cierran sus puertas por la tarde en su festividad. También lo hicieron las distintas dependencias municipales.