Cortada totalmente al tráfico la plaza de la Constitución

Las obras de reforma de la Plaza de la Constitución entrarán en el mes de agosto en su recta final. Los trabajos que realiza desde finales de abril la empresa BM3, adjudicataria del contrato por 541.000 euros, se centran actualmente en la preparación del suelo técnico flotante de la parte central de la plaza.

El proyecto arquitectónico “Ágora”, redactado por Diego Gallego y César Jiménez Almarcha, plantea este moderno sistema de suelo basado en una plataforma central con losas de piedra caliza. Se trata de un pavimento flotante al mismo nivel y sin corrientes. Los desagües, canalizaciones y demás instalaciones irán por el hueco que queda debajo y se podrá acceder a ellas levantando las losas. Éstas reposarán sobre los numerosos pilares que actualmente se levantan en la zona central de la plaza y que ralentizan la evolución de la obra.

Previamente a estos trabajos fue necesario rebajar a un mismo nivel toda la plaza, con la demolición del parterre central. Con el fin de respetar las palmeras existentes, entre ellas la llamativa whasingtonia de gran porte, esas labores requirieron de especial cuidado. Las palmeras sobrantes fueron trasplantadas al Parque del Polígono. Salvo el citado ejemplar, el resto de palmeras que quedan en la plaza fueron replantadas en el mismo lugar al nuevo nivel del pavimento.

La plaza ya luce su nuevo suelo de piedra, a excepción de la parte central que lleva suelo técnico, en el frontal de la Parroquia de la Asunción. Aquí alternará la piedra con franjas de madera tratada. También presentan ya su nuevo pavimento los soportales en la zona del Ayuntamiento y Correos.

La plaza quedará restringida al tráfico, salvo en el eje que une las calles Jesús del Perdón y Virgen del Carmen, que estará delimitado con bolardos. Precisamente es la zona donde se ha comenzado a trabajar estos días y que ha hecho necesario cortar la circulación. El tratamiento que llevará esta parte, así como el vial que circundará la plaza, es de hormigón con coloración en tono óxido semejante al de la piedra caliza.

Toda la superficie de la plaza quedará al mismo nivel que los soportales, sin escalón alguno. El conjunto de la plaza será homogéneo. La modulación de la plataforma central se hace con arreglo a las pilastras de los soportales, desde cuya base se iluminarán las fachadas con el fin de inundar de luz el interior del conjunto. Esta iluminación desde la superficie se repetirá bajo las palmeras con el objetivo de conseguirla por la reflexión de sus ramas y lograr un ambiente central tenue y agradable.

En la nueva urbanización de la plaza no faltarán bancos ni una fuente situada ante la puerta del Ayuntamiento. Irá a nivel de pavimento y el agua se filtrará entre las juntas de la superficie. Se pretende que en verano cree un microclima agradable.

Una vez terminada la obra a lo largo del mes de septiembre, la plaza quedará diáfana y recuperará su funcionalidad y aspecto históricos, tal y como demuestran fotos de principios del Siglo XX. El ajardinamiento de la plaza se realizó tras la Guerra Civil, por lo que la mayoría de manzanareños solo la recuerdan ocupada por elementos ornamentales. Ahora, en el siglo XXI, pretende recuperar su carácter de “ágora”.