“El circo de la Mujer serpiente”, danza contemporánea y lenguaje de clown

“El circo de la Mujer serpiente”, danza contemporánea y lenguaje de clown

La compañía valenciana Ananda Dansa ofreció en el Gran Teatro un viaje en el tiempo donde danza, clowns, humor e ilusionismo fueron protagonistas. En “El circo de la mujer serpiente” se vieron personajes característicos como la mujer forzuda, el fakir o los payasos, eso sí, no como en el circo tradicional al uso, sino en un montaje lleno de color y música dirigido a toda la familia.

Cultura. Espectáculos
04-03-2009

La programación cultural de febrero en el Gran Teatro concluyó con el espectáculo “El circo de la mujer serpiente”. Se trata de la última creación de Ananda Dansa, con dirección coreográfica de Rosángeles Valls, coreografía de Toni Aparisi y dirección musical de Pep Llopi en la que se realiza un homenaje muy colorista y gestual a los tiempos del circo ambulante y las barracas de feria de los años treinta.

El coreógrafo de la compañía, Toni Aparasi, dijo que era un espectáculo en el que se interrelaciona el circo en sus inicios, la primigenia, cuando comenzó a estructurarse y dejó de ser atracciones de casetas de feria para convertirse en trouppe o en gente que iba de un lado a otro. Añadió que todo el montaje está muy trabajado con el código de la danza contemporánea y el lenguaje y el universo del clowns.

Aparisi, ganador del premio Max a la mejor interpretación masculina de danza en 2007 y coreógrafo de la compañía, señaló que “El circo de la mujer serpiente”, creado por Ananda Dansa, tiene grandes diferencias con otros circos al uso. Como ejemplos puso el último exponente, el Circo del Sol en que se mezclan ejercicios gimnásticos circenses sin fieras; el tradicional donde los animales son protagonistas y el que presenta la compañía valenciana que transcurre en un ambiente muy vistoso y colorista junto a un cuidado vestuario.

“El circo de la mujer serpiente” conjugó elementos de danza contemporánea, ilusionismo y payasos. El jefe de pista un clown-fou (payaso loco) era el encargado de guiar al público a través de los diferentes números de este montaje. Por este “peculiar circo” se pudieron ver personajes prototípicos del mundo circense desde el fakir, la mujer forzuda, balones aéreos, y la mujer serpiente, entre otros.

Con todos ellos se invitaba al público a reflexionar y soñar a través del asombro, la carcajada, el clown y el ilusionismo. Todo ello sin lenguaje oral y utilizando el cuerpo de cada uno de los seis bailarines que participan en el montaje.

En este sentido, la coreografía era tricéfala. Apuntó el coreógrafo que el director de la compañía da el toque dramático; la directora dirige por fuera y luego él mismo crea el lenguaje.

Para Aparisi lo más complicado fue mezclar el universo de clowns con la danza ya que utilizan códigos diferentes. Para ello contaron con el asesoramiento de Sergio Claramunt, uno de los mejores clowns de España, educado en la escuela Le Coq de París. Añadió que combinar este trabajo, les hizo crear un pseudo lenguaje en el cual “ni somos payasos que bailan, ni bailarines que hacen el payaso sino somos como un especie de cruce raro entre un bailarín y un clown”.

En cuanto a la escenografía el coreógrafo Tony Aparisi señaló que aparentemente era sencilla. A lo largo del montaje se proyectaron una serie de vídeos y animaciones creadas por Jordi Plá.