Brokers: “Un espectáculo sin palabras en el que no hay un minuto de silencio”
Brokers: “Un espectáculo sin palabras en el que no hay un minuto de silencio”
Yllana desplegó sobre las tablas del Gran Teatro de Manzanares su espectáculo más elaborado. Brokers, un hilarante montaje sin palabras, conquistó al público, que se rindió ante la expresividad y el sarcasmo de sus cuatro protagonistas. Fidel Fernández, Antonio Pagudo, Antonio de la Fuente y Luis Cao se convirtieron en tiburones de los negocios, bajo la batuta de David Ottone.
Brokers retrata, con mucho humor negro, el despiadado mundo de los negocios. Cuatro grandes actores, arropados por un derroche de medios audivisuales y efectos de sonido, pusieron en escena, sobre las tablas de Gran Teatro de Manzanares, el espectáculo más elaborado de la Compañía Yllana.
Fidel Fernández, Antonio Pagudo, Luis Cao y Antonio de la Fuente se convierten en cuatro egoístas y prepotentes hombres de negocios, en un montaje que roza el “clown”. Armados con pelucas rubias en lugar de narices rojas de payaso, se metieron al público de Manzanares en el bolsillo, sin decir una sola palabra.
“Los rubios”, como llaman a sus personajes, nos muestran la vida de vicio y corrupción de estos narcisitas hombres de negocios. En menos de una hora y media pudo verse el éxito y la caída de estos fanáticos de la ropa de marca, las últimas tecnologías y el culto al cuerpo, siempre desde un tono irónico.
Con una locura interactiva, en la que los espectadores se convirtieron también en parte de este homenaje a lo absurdo, se adentran en un mundo donde la carrera por el triunfo descubre sus miedos más ocultos, provocando situaciones ridículas, que arrancaron la carcajada general del público. Una brillante sátira de nuestra sociedad consumista.
Los protagonistas destacan estos prototipos de personaje que representan los cuatro actores. Según Fidel Fernández la obra habla del dinero, la prepotencia y el egoísmo de quienes nos han llevado a la crisis.
Apunta Antonio de la Fuente que “ellos siempre se ríen de nosotros. Y ahora nos toca a nosotros reírnos de ellos”.
En este montaje sin palabras no existe un instante de silencio. Los efectos de sonido, la iluminación, las imágenes y las canciones son los otros protagonistas de esta original obra que, sin duda, no dejó a nadie indiferente. Prueba de ello fue el enorme aplauso que les brindó el público de Manzanares.