El Ballet del Kremlin entusiasmó al público manzanareño con “La Bella durmiente”

El Ballet del Kremlin entusiasmó al público manzanareño con “La Bella durmiente”

La programación de abril en el Gran Teatro comenzó con un extraordinario espectáculo de danza clásica a cargo del Ballet Estatal del Palacio del Kremlin de Moscú y la puesta en escena de “La Bella durmiente”. El público manzanareño, que permaneció atento al montaje durante casi tres horas, aplaudió intensamente el trabajo de los bailarines.

Cultura. Espectáculos
10-04-2008

La conocida calidad técnica y artística de los bailarines rusos quedó patente, el domingo en el Gran Teatro, con la actuación del Ballet del Kremlin que puso en escena “La bella durmiente”, basado en el famoso cuento de Perrault. Con la dirección de Andrei Petrov, junto al brillante vestuario lleno de fantasía y colorido, la escenografía, la música de Piotr Tchaikovski y la coreografía de Marius Petipa, el espectáculo de danza clásica resultó de una belleza extraordinaria.

Cuando Perrault escribió el cuento de “La Bella Durmiente” puso en sus palabras romanticismo, fidelidad y amistad. Ideas que el Ballet del Kremlin transmite con el movimiento del cuerpo, a ritmo de la música compuesta por Tchaikovski, con la tensión homogénea de todos los bailarines para interpretar la inocencia de un relato infantil. En la versión de Petrov no faltaron los personajes de otros cuentos clásicos como “El gato con botas”, “La cenicienta”, o “Caperucita roja”, quienes pusieron la nota de ternura que conlleva la evocación de los recuerdos de la infancia.

El numeroso público que acudió al auditorio manzanareño pudo disfrutar de uno de los mejores ballets de Rusia y, pese a la larga duración del espectáculo, quedó entusiasmado con el magnífico trabajo que realizaron los bailarines y bailarinas sobre el escenario. Los espectadores premiaron, durante y después de la representación, sus movimientos, pasos y saltos perfectos, con vítores e intensos aplausos.

El Ballet del Kremlin, que se creó como ente independiente en 1990 para defender las mejores tradiciones del ballet clásico ruso, soporta sobre las 'puntas' el peso de una tradición que le confiere el rango de excelencia en danza clásica. Sus bailarines han heredado el legado de otros que les han precedido y que constituyen la identidad rusa del ballet; un saber que no ha borrado el tiempo y que sigue arrojando grandes nombres a la historia de la danza.