Ara Malikian: “La música clásica no tiene que ser solo para los entendidos”

El público que acudió al Gran Teatro supo reconocer, dentro del desconcierto general y la tónica de humor del espectáculo, la enorme calidad interpretativa de los cuatro músicos protagonistas de “Pagagnini”, un espectáculo músico-teatral divertidísimo que rompe con las reglas de la música clásica sin que ésta deje de ser el principal referente. Asistimos a un concierto muy especial en el que se ríe y se degusta la música fruto del virtuosismo de sus intérpretes.

A la cabeza del cuarteto de cuerda encontramos a Ara Malikian, prestigioso violinista libanés de origen armenio que con su peculiar estilo ha revolucionado el panorama clásico. Ha grabado cerca de una veintena de discos, participado en bandas sonoras de conocidas películas y ha sido invitado como solista por las orquestas más importantes del mundo, cuyas principales salas de concierto han aplaudido su genialidad. Actualmente es el concertino del Teatro Real de Madrid y compagina su labor concertística con el proyecto músico-teatral de Yllana, con el que lleva más de 170 funciones.

¿Qué hace un músico de su categoría embarcado en un espectáculo como Pagagnini? Ara Malikian no lo duda. “Soy músico, me gusta la risa y si puedo estar en un proyecto con risa y buena música, encantado”, explicó en Manzanares el violinista libanés, quien dijo que uno de los objetivos del espectáculo representado en el Gran Teatro es demostrar al público, especialmente al más joven, “que la música clásica no es siempre algo serio y no tiene que ser algo solo para los entendidos”. “Damos una imagen solemne alejada del público y da miedo. Esto es para romper esa imagen tan seria”, añadió Malikian.

“Pagagnini” sigue el esquema habitual de un concierto. Pero pronto surgen discrepancias entre los componentes del cuarteto e imprevistos no habituales en una sala. Los músicos saltan, se revuelcan por el suelo, bailan y juegan con el público. Así se van mezclando estilos entre conocidas obras clásicas de Vivaldi, Falla, Mozart, Paganini o Sarasate, pasando por el country o el rock, con un fantástico gag con música de U2. Lejos de recibir duras críticas de los puristas, el espectáculo suele encantar a los músicos ya que es una inofensiva parodia de ellos mismos. “Te ríes de que a veces somos ridículos”, según Ara Malikian.

La compañía Yllana ha tenido la fortuna de reunir a cuatro excelentes profesionales. Malikian está acompañado al violín por Thomas Potiron y Edu Ortega, y al violonchelo por Gartxot. Su calidad y ganas de descubrir otros terrenos artísticos hacen de “Pagagnini” uno de los espectáculos de más éxito. El broche final fue una versión trepidante del Capricho nº 24 de Paganini que puso al público en pie y que tuvo como recompensa un no menos espectacular “Verano” de Vivaldi.