El 12% de la población es diabética, aunque la mitad lo desconoce

La pasada semana, ADIMA ofreció una de sus charlas informativas en la Biblioteca Municipal Lope de Vega de Manzanares que, como viene siendo habitual, contó con una respuesta masiva de sus asociados. En esta ocasión, la ponencia corrió a cargo de un médico especialista en esta materia, el doctor Miguel Aguirre, endocrino del Hospital General de Ciudad Real.

El ponente destacó que la diabetes es una grave enfermedad que, a día de hoy no tiene cura y, en muchas ocasiones, no tiene ningún síntoma. De hecho, muchos de los diabéticos descubren que lo son cuando deben hospitalizarse por alguna afección provocada por la enfermedad. Por ello, es muy importante la prevención. Conocer nuestros niveles de glucemia es muy sencillo. Con un simple análisis, realizado periódicamente, podemos saber si padecemos o no esta enfermedad.

Con un lenguaje claro y sin eufemismos, Miguel Aguirre aportó datos que dan idea de la gravedad de esta enfermedad, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera como una epidemia del siglo XXI. Se calcula que entre un 6% y un 8% de la población son diabéticos diagnosticados. Pero, a ellos debe sumarse un porcentaje similar de diabéticos que desconocen que lo son. Sirva como ejemplo de esta gravedad de la enfermedad que, según Aguirre, hasta el 80% de los diabéticos padecerán algún problema de tipo cardiovascular, como un infarto cerebral o de miocardio. Aunque esta enfermedad puede afectar a cualquier órgano del cuerpo.

El ponente aclaró también que, siguiendo una medicación adecuada con pastillas o insulina, con una alimentación correcta y un ejercicio regular, el diabético puede y debe llevar una vida prácticamente normal.

Existen dos tipos de diabetes, una vez descartada la tendencia anterior, que distinguía entre diabetes adulta e infantil. La de Tipo I consiste en que el páncreas del paciente, por motivos desconocidos, deja de fabricar insulina. La de Tipo II afecta a personas cuyo organismo no asimila bien la insulina que fabrica. De cualquier forma, los enfermos de Tipo II suelen acabar siendo de Tipo I, a la larga. No existe una edad determinada para comenzar a padecer una diabetes de cualquiera de los tipos. Aunque sí existen causas genéticas.

La obesidad influye de forma determinante en el desarrollo de la diabetes de Tipo II. Por ello, es muy importante mantener un buen estado físico. El ejercicio ayuda, además, a reforzar el efecto de la insulina y es muy beneficioso, tanto para diabéticos como para no diabéticos.